Este verano hice un viaje en tren por varias ciudades de Europa con mis amigos, lo cual me permitió comparar la arquitectura de distintos lugares y cómo se adapta a los diferentes entornos. Las ciudades que visité fueron en orden: Praga, Berlín y Ámsterdam. Durante el viaje traté de fijarme en la arquitectura autóctona de cada lugar y de visitar la máxima cantidad de edificios posible.
Cada vez me fijo e intereso más por la arquitectura que hay a mi alrededor y poco a poco me voy fijando en más detalles y soy capaz de evaluar más aspectos y con más criterio.
Antes del viaje me propuse observar con más detenimiento lo que se relacionaba con la carrera que iba a estudiar, arquitectura. En el viaje saqué mis conclusiones sobre las edificaciones y lugares que vi, por ejemplo, qué ciudades tenían más edificios y obras arquitectónicas funcionales o cuáles parecían más cómodas para vivir o desplazarse.
Además, en cada destino hice un tour en el que los guías explicaban datos sobre temas como la cultura y la arquitectura.
-Praga: a mi parecer, fue la ciudad que visité en el viaje con mayor belleza, gracias los edificios tradicionales. Está muy bien conectada y al ser pequeña es ameno caminar para visitarla y fácil orientarse dentro de ella. La mayoría de los edificios se distribuyen de una manera irregular, lo que transmite vida a la ciudad.
En la ciudad se mezclan zonas con edificios clásicos y otras con construcciones arquitectónicas modernas. En esta ciudad las construcciones no pasan desapercibidas. Hay muchos edificios coloridos que combinan con los tradicionales tranvías que circulan por las calles. También hay monumentos antiguos que destacan, como la Torre del Reloj Astronómico y el Puente de Carlos.

Las estructuras anteriores se mezclan con edificios modernos y abstractos como la Casa Danzante. Como curiosidad, al haber tanto porcentaje de ateísmo, casi todas las iglesias en desuso se han usado para albergar, por ejemplo, discotecas.
-Berlín: fue la ciudad con más diversidad de actividades y elementos arquitectónicos. A pesar de la cantidad de elementos funcionales y establecimientos culturales que alberga, es la ciudad por la que menos agradable es caminar. Para visitar los monumentos, obras y servicios más famosos de la ciudad es conveniente utilizar un metro de transporte como el autobús o el tranvía, ya que están muy alejados entre sí.
Cuando te encuentras dentro de ella te das cuenta de que es una gran ciudad con edificios altos y llena de cuadrículas, lo que en algunas partes de la ciudad genera una sensación de monotonía. Berlín es una de las ciudades más grandes de Europa y nada más entrar en ella te das cuenta de su magnitud y como impone. Al llegar a la ciudad lo primero que visité fue la estación del tren, cuya arquitectura me llamó la atención por sus grandes vidrieras y su gran espacio interior además de los innumerables pisos. En general me pareció una ciudad modernizada, porque tras la guerra fue casi reconstruida en su totalidad y en ella se mezclan edificios antiguos y monumentos con rascacielos y grandes rascacielos.
-Ámsterdam: esta ciudad tiene una gran historia arquitectónica e ingenieril y personalmente es la que más me ha llamado la atención. Esta ciudad está construido bajo el nivel del mar, por tanto requiere de grandes canales y sistemas hidráulicos que evitan que la ciudad se inunde.
La arquitectura me pareció muy interesante y diferente a otras que había visto antes. Una cosa curiosa de los edificios es que la mayoría de ellos usa unos grandes pilotes para asentarse en el terreno, ya que en la parte profunda hay agua. Estos pilotes son necesarios, ya que si no se usan, los edificios no se asientan correctamente y algunos de desplazan hacia el lateral.
